lunes, 16 de junio de 2008

Nada mal



I Monster, otros "british" buenazos que me acaban de presentar

16 litros de cerveza entre cinco personas deben tener sus consecuencias, por huevos.

Dichas consecuencias aparecieron el sábado, cuando según yo tenía que estar medianamente lúcido para el bonche de lecturas que debo medio entender para intentar que ciertos estudiantes medio las entiendan.

¿Suena a “pedagogía del mediocre”, no? Pero no (me respondo yo solito), porque TODO lo que tenga que ver con teorías de la com. (unicación), de la soc. (iología) y de la ant. (tropología) no queda más que entenderlo a medias, sacar uno sus propias conclusiones y luego, eso sí, clavarse en uno o dos autores. Ni más, ni menos.

El asunto es que la cerveza obscura, las carcajadas del Coché y el Emilio o el ácido humor del Rul combinados en una cabeza que trata de concentrarse no son una buena mezcla. No, no, no.

Finalmente tres o cuatro cosas se me pegaron de lo leído. Acto seguido, corroboré la inexistencia de la MACROTORMENTA que anunció el borracho que tenemos por Gobernador apoyado en algún oráculo-meteorólogo de la UdeG y auspiciado y magnificado por los asnos de MURAL (y otros medios).

Contexto: Mural (y otros) anuncia, porque Gobierno dice, que sábado y domingo caerá en GDL una tormenta digna del Arca de Noé, y los tapatíos -brillantes como somos desde que votamos a los Azules- hicimos (hicieron, la neta) compras de pánico, se guardaron en sus casas, comentaron el punto todo el puto día: “A’i viene la tormenta..., se nos va a caer el cielo encima..., ¿vieron que las nubes están más negras?..., el periódico decía que duraría dos días..., ira, ya empezó a chispear ¡entonces era neta lo de la tormenta!..., yo por las dudas mejor no saldré...", bueeeno, el pendejismo a tope.

En ésas andaba cuando me pregunté: “¿Y si le caes a la casa a ver cómo están tus jefes?” Marqué y me dio un chingo de gusto escuchar a mi mamá y viceversa. Mi jefe a lo lejos nomás gritaba que sí, que estarían en casa y que podía caerles. Por eso los quiero, porque también estaban cagados de la risa con lo de la tormentita.

No me había dado cuenta de lo maravilloso que es tenerlos a los dos así de cerca. Han pasado casi seis meses desde que volví y el sábado caí en cuenta de esto, de que sólo basta agarrar el carro, manejar 15 ó 20 minutos y los puedo ver.

Llegué, cenamos, charlamos y me fui. Nada mal, nada mal.

2 comentarios:

JULY dijo...

no sé si yo me hago puñetas mentales o no sé si tú eres el más malévolo de mi mundo bizarro, pero creo que a veces escribes posts para que me muera de la purititita envidia, aunque primero escribes sobre otro tema (la tormenta bíblica) y luego terminas con un sablazo que me dolerá (tus papás a 20 minutos en coche)... argggh!!! maldito maldito!!!
Ya me comentaron de esa reunión de Club Toby y acerca de una próxima celebración.. no he recibido invitación. Sentimiento total.
Beso!!!

El Corazón de Chiara dijo...

cállate... cállate... cállate...
las horas que me separan de mis padres te mandan saludos! je...
no te creas... supongo que esta experiencia me hace entender más tu felicidad!

Un abrazo!