viernes, 21 de noviembre de 2008

Be my friend

No soy musulmán, ni lo quiero ser, pero esta noche realizaré una peregrinación que (aquí quiero subrayar mi condición de agnóstico) bien puede equivaler al viaje que tienen que hacer a la Meca los integrantes de esta peculiar y tan denostada religión.

Diego llega esta noche a Guadalajara, y una parte de la pequeña y selectísima tropa que sonríe ampliamente por tal noticia, se apresta para reunirse en un punto clave del ocio y el buen pasar el tiempo (el depa del Rul) para de ahí peregrinar gozosa hacia el Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo de la ciudad de Guadalajara, México (hoy tengo ganas de ser preciso).

Para quienes ya me estén tachando de irresponsable por equiparar estas dos actividades, dejen me explico:

Si no entiendo mal, la peregrinación a la Meca representa todo un viaje espiritual e iniciático para los muchachos que leen El Corán, un viaje en el que se descubren como personas capaces de creer en algo tan apasionadamente que pueden sacrificar todo por dicha creencia.

Yo creo en la amistad. Luego entonces, el simple hecho de recibir a Zavala Scherer (dije que ando preciso) junto al resto de amigos, de verdad amigos, con los que me reuniré esta noche, para mí, y disculpen mi cursi atrevimiento, es una ocasión única, estupenda, chingonsísima…

Soy un adulto, o eso intento creer (ahorrando -aunque Londres diga lo contrario, je- siendo responsable, pagando renta y tenencia, haciendo colas en el banco, dando clases), o eso intento ignorar (jugando Playstation, mezclando alcohol como adolescente, gastando dinero en artículos futbolísticos, desvelándome, gritándole a la tele cuando están los Pumas, disfrutando un chocomilk de mercado, dejando que mi mamá me haga de desayunar, viendo en Youtube videos de caricaturas, y de Ponchito, y de los Transformers, y comprando Froot loops en lugar de cereales con avena y fibra).

Qué paradoja. El Síndrome de Peter Pan. No sé ni en qué categoría estoy. Pero sé que tengo amigos, y eso es todo lo que necesito saber.

“Be my friend, Hold me, wrap me up, Unfold me, I am small and needy, Warm me up, And breathe me…”, canta Sia, y si la quieren escuchar, está en este mismo blog (vea el post “It’s already gone”). Es la bella canción con que cierra Six Feet Under. Es más, ¿qué chingados? Se las pongo otra vez, ahora en vivo:

lunes, 10 de noviembre de 2008

Caminante no hay camino...


Nada tiene que ver con el post, pero ya quería compartir este pedazo de canción

En este p… lunes tengo el cuerpo cortado, así como si me quisiera dar gripa, por lo que me doy cuenta de que viene siendo hora de tomar más jugo de naranja y comprar mis aderogyles (¿se escribe así?) un menjurge vitamínico que solía tomar desde niño, inteligentemente diluido en algún té o jugo para disimular su espantoso sabor y sebosa consistencia.

Después de tan intrascendental entrada para este post, he de decir que el fin de semana me (re)encontré con una ciudad a la que tal vez nunca me habían presentado o yo no había querido conocer o las dos cosas juntas. Quién sabe que era lo que me había impedido darme cuenta de lo interesante que puede ser Guadalajara cuando se camina a través de ella de madrugada, sin coches, charlando a gusto, deteniéndose con calma a ver casas, avenidas, cafés cerrados, en fin.

Tristemente, no recuerdo haber caminado jamás durante casi una hora por mi ciudad de nacimiento -y eso que me encanta caminar- cosa que por ejemplo en Barcelona hice tantas y tantas veces, pero no en Guadalajara, porque (aquí va mi pueril disculpa) quienes conozcan su dinámica sabrán que es mucho más complicado recorrerla caminando, simplemente porque:

1.- Tienes cerca tu coche o el de un amigo (a).
2.- El transporte público desaparece por las noches.
3.- Por huevón.
4.- Hay menos arquitectura interesante por ver.
5.- Te da más miedo.
6.- Por todas las anteriores.

El asunto fue que, al habernos ido en la camioneta de un amiguete a cierta fiesta bajomundera, a una amiga y a mí nos quedó bastante retirado nuestro medio de transporte a casa, o sea, mi coche, así que la tuvimos que emprender a pata desde el Centro casi hasta la Minerva (tampoco es tanto, ya lo sé, pero 45 minutos son 45 minutos).

¿El recuento?: Varios cigarros, calles sooolas y disfrutables, un poco de incivismo al orinar en repetida ocasión, cuentos de fantasmas por Avenida La Paz, invasión de la propiedad privada sufrida por una hermosa casa de dicha avenida –nuestro afán era meramente científico. Queríamos comprobar que NO vivían espectros en ella– y una agradabilísima sensación al darme cuenta de que Guadalajarita tiene lo suyo, sólo hay que darle la oportunidad de mostrarlo.

Y caminarla de madrugada ayuda bastante (el alcohol es opcional, pero un servidor lo recomienda).

viernes, 7 de noviembre de 2008

GANÓ


Así de sencillo. El que tenía que ganar, lo hizo. Los que tenían que votar, lo hicieron. Me emocioné como si fuera un votante más. Me emociona escuchar a Obama. Me gusta ver la reacción de la gente al darse cuenta de que sus votos sirvieron de algo. Me gusta que los negros recuperen algo de su orgullo, literalmente quemado durante décadas. Antes, dice otra vez J. Carlin -y me consta- los gringos con los que uno se topaba por el mundo, ofrecían disculpas por su presidente, juraban que ellos no habían votado por él, se desmarcaban de Georgie, apenados.

"Ahora, serán los que no votaron por Obama los que mentirán cuando viajen al exterior. Dirán que sí lo hicieron".

Este puño en alto lo dice todo... ¡BRAVO!




PD. Ah, el mismísimo día que Obama hizo sonreír a millones, murió en un accidente-atentado Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación de México. Lamentable que muera cualquier ser humano. Él era un peón más de un entramado muuuy negro que está a la cabeza de México, presidente incluido. A ver qué decide hacer para vengar su muerte el que fuera su jefecito y amigazo... miedo tengo.

martes, 4 de noviembre de 2008

Píntense de negro yankees!



“Las elecciones presidenciales de hoy… servirán para calcular el porcentaje de gente tonta en Estados Unidos”.

Lo ha dicho este martes (día histórico, sea uno tapatío, salvadoreño, barcelonés, taiwanés o congoleño) John Carlin, periodista en quien confío plenamente porque sabe muchísimo de fútbol, desconfía ampliamente del Vaticano y tiene una prosa genial, de ésas que uno envidia. Envidia de la mala, porque no hay de otra.

Aquí les dejo su Articulazo "Votos tontos", porque todo lo que pienso sobre las elecciones de este sabroso martes soleadito, en las que mi negro Obama debería ganarle a McCain -si los tontos no vuelven a imponer su supremacía, como pasa taaan seguido en el mundo: léase Felipe Calderón es Presidente, shit- lo expresa Carlin.