lunes, 27 de abril de 2009

Soy un extra


Me quiero poner de buenas (porque algo de incertidumbre tengo) y Pulp siempre lo logra.

Oficialmente estoy en mi segunda película. La primera fue El Perfume (es verdad, salgo de poli francés), y la segunda se está rodando estos días en México y se llama: Influenzamésta.

Hoy soy un extra, salgo de Enrique –por ahora, porque tengo ganas de mutar en algo que pueda trepar paredes– en una cinta que es mezcla entre película de terror, drama y comedia y en la que tenemos de todo para cocinar un buen producto fílmico dominguero: calles semidesiertas, suspensión de clases en las universidades (“el ITESO olía a soledad”, diría el narrador, voz en off), virus mutantes, zombies que deambulan con un ÚNICO tema en la vida: ¡“influenza, influenza, influenza”!, un presidente cara de culo que sale en la tele a pedirle calma al pueblo, unos medios de comunicación alarmistas y sensacionalistas y, sobre todo, muchas, pero muchas suposiciones.

Como no termino de sentirme capaz de expresar cómo me siento en estos momentos, hagan ustedes de cuenta que estoy en el libro La peste, del Camus; o en Ensayo sobre la ceguera del Saramago, y por ende en la peli de Blindness, con Julianne Moore, Gael y compañía; o en 28 días, con el alma en vilo; o en Cuando el destino nos alcance … o algo así…, más o menos…, quién sabe…, pero la verdad es que me estoy divirtiendo. Y resulta que porque me estoy divirtiendo, ya he sido tachado de inconsciente-insensible-irresponsable-valemadrista-ateo-y-candidatoalinfierno.

Todo por decir que la naturaleza es muy sabia y sabe quitarse de encima lo que le molesta. Si usted o usted o usted o usted, considera que es una molestia para la naturaleza, preocúpese.

Por lo pronto, bendigo a Dios por vivir cerca de un Wal-Mart... siguiendo las instrucciones de Saramago, me apertrecharé ahí desde este lunes, y desde sus pasillos de carnes frías lanzaré un nuevo orden mundial, y el que se oponga, será castigado con hambre, humillación y besos de una enferma de influenza, fea además.

Seguiremos informando, porque esto pinta para ser aún más divertido. Quiero bailar como Jarvis Cocker.

2 comentarios:

MAM dijo...

Y eso que no estás en nuestra caótica y ahora demasiado contaminada capital... todos los que solían hacer fila en peri están haciendo fila en las farmacias...

Coincido, puro control demográfico natural sazonado con una buena dosis de histeria colectiva. El salero lo trae en la mano Mr. Creopánico Zabludovsky y se le cuelgan muchos más.

Qué le vamos a hacer sino reírnos!

Anónimo dijo...

jajajajajajajajaja.... excepcional!; lo cual claro, no es de extrañarse viniendo de usted. Bienvenido al club de los candidatos al inxierno.