...ni cómo, ni por dónde explicar esos momentos, esos segundos de absoluta felicidad que en el tiempo real pasan volando, pero que a ti te irán siguiendo durante años y años con el sonido de una sonora carcajada de fondo, sobre todo cuando tu abuelo ya no esté contigo, porque tiene 94 años, porque aunque me cuesta ver que está solo y ya no vive con su aún esposa, todavía es capaz de reír como ríe en esta foto, preguntarme por los Pumas, contarme la historia de la ciudad, regañarme porque nunca conocí Madrid...
¡Y miren lo elegante que está, por Dios! Esa camiseta tan chida, tan distinguida, se la traje hace un año de Barcelona, y justo se la pone en el cumpleaños de mi abuela el domingo pasado, el día que tuve la enorme fortuna de sacar esta imagen.
Como si hicieran falta motivos para sentir que estuvo de huevos haber vuelto a esta ciudad, sale mi abuelo y me regala esa pinche sonrisa cuando empieza a escuchar al mariachi tocar una de las de su época y luego, luego la empieza a cantar... ¡y después a bailar!
El pedo fue que yo me estaba secando los mocos en el baño y ya no lo pude fotografiar bailando. Es un chingón mi abuelo.
Y pensar que cuando lo vi hace un año me despidió con un: "Pues ahora sí, como te me vas dos años, ya no nos vamos a ver".
Qué bonitas vueltas da la vida.
No he puesto una foto de mi abuela (lo siento, sé que era su cumple) porque se la pasó chillando tooodo el día oyendo las canciones del mariachi, que por si no lo saben es la primera vez que un mariachi viene a la casa. No es que seamos muy fiesteros ni mucho menos.
Buena fiesta, buena comida, buen chupe y la familia en bola como hace años no sucedía -mi jefe incluido, raro pero cierto- dándole con todo al pendejazo de Emilio "Saquen la Botana" González, alias nuestro Goberna"hic"dor, a la Iglesia, al PAN, al América, a Calderón, a los emos... aaah qué placer escuchar criticar a los Ramírez.
Y mi abuelo cagado así de la risa enfundado en una camiseta del Barça...estoy tan de buenas.
