martes, 22 de enero de 2008

El mundo es un buen lugar para vivir

He visto a la Generosidad a la cara. Ha sido reconfortante. Ha sido emocionante.

Una persona es capaz de cambiar al mundo, dicen, y más vale creerlo, sobre todo cuando encuentras a alguien que es capaz de escuchar incluso a aquellos que no han hecho ningún mérito para ser escuchados. Un acto así, ocurra donde ocurra, ocurra en la época, hora y lugar que sea, dignifica a la tan denostada raza humana.
¡Chingado, que la bondad existe!

Si una sola persona escucha -aunque todos los días nos topemos con ejemplos que contradicen esta teoría-, creo que el mundo, muy en el fondo, persona tras persona, puede ser capaz de escuchar, de hacer a un lado la desconfianza y el rencor (no renunciar, sólo hacer a un lado) y darle así una oportunidad al diálogo. Si una sola persona hace esto, ni este desquiciado país ni todos los que lo rodean aquí o en otro continente están tan jodidos como aparentan.

Como era de suponer, la cara de la Generosidad es una cara radiante, inspiradora, bella en extremo…, pero sobre todo, es una cara que te interpela y, por su propia naturaleza, te pone el listón muy alto.

Si has visto a la generosidad a la cara, es decir, si la generosidad te permitió hacerlo, no hay marcha atrás: Le debes a ese mundo del que hablaba y a todas las personas que deambulan por él un esfuerzo diario y honesto que te impida dañar, engañar, romper, herir, joder al de al lado…

Aplíquese esta idea a CUALQUIER faceta de la vida y los resultados tienen que ser, por huevos, benéficos para (algunos la llaman así) el Alma de todos aquellos que comparten contigo estos años que te han tocado vivir dentro de la infinita línea del tiempo.

miércoles, 16 de enero de 2008

Fundada por Nuño de Guzmán


En Guadalajara fue...

-Desperdicia a montones de policías repartidos por todo López Mateos para que la gente no se vaya por la lateral (un viaducto es la razón, creo)
-Está a punto de subirle 1.50 a los camiones sin razón aparente
-Los Starbucks están bien malitos
-Decir que el tráfico es una mamada es un eufemismo (todos los pasos a desnivel son un chiste)
-Aquí vive Lagrimita
-Y también el Cardenal Sandoval
-Están rodando un bodrio telenovelero llamado "Las Tontas no van al Cielo" (de verdad, lo juro, en serio, no es broma), cuyo personaje femenino principal está elegido a la perfección (interesados revisar prensa local)
-No hay cerveza Guinness de barril
-Gobierna el PAN, o mejor dicho, ocupa el poder, porque gobernar es demasiado decir
-Está bien lejos del Camp Nou

Pero es MI CASA. Y estoy feliz.

martes, 8 de enero de 2008

Adéu


Manuela (Todo sobre mi Madre) vuelve a Barcelona después de que su hijo muriera atropellado por un auto. Vuelve a Barcelona para darle sentido a su vida.

Enrique se va de Barcelona después de vivir una de las fases más fascinantes e intensas de toda su vida. Se va de Barcelona para darle sentido a su vida.

Manuela no tiene ya familia, su hijo era todo para ella.

Enrique tiene dos familias. A las dos las quiere como idiota. Una se queda en Barcelona y sus miembros son de montones de países; la otra lo espera en Guadalajara; todos son mexicanos. Siente el cuerpo partido, y del corazón ni hablemos.

Los dos tienen a Barcelona marcada en el cuerpo, para siempre.

Ella tiene historias muy tristes y muy felices qué contar a sus nietos con esta bella ciudad como escenario. Él también.

Él vivirá ligado hasta el día que muera al Paral.lel, a la Barceloneta, a la Avinguda Mistral, al Chico Chango, al Poble Nou, al Eixample, a Gaudí, al Razzmatazz, a las fiestas de Gràcia, a los paseos en bicicleta por Montjuic, a la brisa del Mediterráneo, a la música callejera en Portal del Ángel, a las horrorosas Sardanes, a la Universidad Autònoma de Barcelona, a U2 en el Camp Nou, a los amigos que le regaló el Passatore, a la victoria del Barça en la Champions, celebrada con todo en Canaletes y Plaça Catalunya, a las visitas que recibió constantemente desde su país..., pero sobre todo vivirá ligado a la gente que caminó con él por Barcelona (y lo ayudó, quiso, enseñó, cabreó, motivó, sorprendió, amó, divirtió) desde el primer hasta el último día, hasta cumplir tres años y medio en este generoso rincón del planeta.

Adéu. Fins aviat Barcelona.

viernes, 4 de enero de 2008

Tic, tac, tic, tac


Los relojes corren. Corren los de los aparadores del centro y sus alrededores, los de mi habitación, los de las iglesias, y todos suenan nítidos en mis oídos. Un día hace frío y otro ya no tanto (vaya observación tan sosa, me acabo de dar cuenta), y así pasan estas primeras horas del 2008.

Las Bones Festes catalanas han sido extrañas, tal como tenían que serlo; en eso no hay ninguna sorpresa, pero por lo menos he visto y abrazado a todos y a todas a quienes quería abrazar, aunque sólo fuera por unos minutos (Las noches no son tan largas como cuentan algunos poetas).
La hemos pasado muy bien, ha habido notables y prolongados momentos de felicidad y el balance es en extremo positivo.

Son las 3:48, veo Friends en Cuatro, tengo mucha hambre y sólo tengo una pizza Tarradellas pa comer...y algo de ensalada con queso feta, claro está. Hemos tragado delicioso todo diciembre, así que no pasa nada si ahora caigo en la fast food por unos días. Justo ahora puedo escuchar el reloj en mi muñeca, y sí, hace tic-tac-tic-tac.

La FNAC, ese bien llamado "hipermercado cultural" está a tope de cosas buenísimas; sólo quiero ser rico algún día para gastar como pendejo en lugares como la FNAC.

La ciudad, bueno, retacada de turistas, Museu Picasso incluido. Fui con Álvaro esta mañana y he visto las obras que el señor ése fue coleccionando a lo largo de su vida. Una maravilla (hasta eso tenía buen ojo el malagueño, jeje).

Ahí, me topé por primera vez con uno de los cuadros más inspiradores que he visto en mi vida: "Naturaleza Muerta con Naranjas", de Matisse.
De él, dice Picasso: "Tanto si está cerca de la naturaleza como si no, siempre sabe rellenar correctamente una superficie con una tonalidad, únicamente porque armoniza con las demás tonalidades de la tela".

El cuadro me inspira a saber mezclar, elegir tonalidades, sentimientos, momentos y colores. A luchar por ser capaz (e intentarlo todos los días) de armonizar todos esos elementos desde mi interior y regalárselos a la naturaleza, a quienes amo.

Como en un buen reportaje; como en la amistad; como en todas las relaciones..., como si la vida entera fuera desde ahora ese lienzo blanco que Matisse tuvo algún día frente a él.