martes, 13 de mayo de 2008

Necesito un sombrero para quitármelo



Nomás por el gusto de ponerlo, porque está de puta madre, pero nada tiene que ver con el post: "Ghosts", Ladytron, álbum Velocifero, nuevecito.

Por desmemoria, por desidia, por huevón, por lo que quieran añadir, el caso es que hasta hoy entré al blog de Yoani Sánchez, la cubana que ganó el Premio Ortega y Gasset de periodismo por narrar las historias más cotidianas de su isla, Cuba, y que por ello está ahora sonando por todo el mundo y hasta la revista Time la señala como una de las 100 personas más influyentes de la actualidad.

Yo me preguntaba: ¿Es pa' tanto?

Sí, total y absolutamente sí. Es ella una periodista en plenitud de facultades, franca, directa, con una capacidad envidiable para contar lo aparentemente insignificante, lo estúpidamente ignorado por el ojo desatento, armada hasta los dientes de una prosa que ya quisieran muchos "intelectuales" y escritores de renombre y, cómo no decirlo, autora de textos absolutamente pulcros, bien documentados, equilibrados, honestos...

Y, por si fuera poco, dueña de una sencillez en la argumentación y en la manera de manejar su recién estrenada fama que abruma. Ya es hora de que diga cuál es el blog ¿no?

www.desdecuba.com/generaciony/. Entre usted y experimente cómo esta enorme narradoraperiodistaciudadana cubana lo mete de lleno en la colorida, calurosa, dura y, para muchos de nosotros, decepcionante realidad que se vive en la mayor utopía que América haya tenido en su historia.

Junto a ésta, otra mujer también se hizo acreedora al Ortega y Gasset: Adela Navarro, editora del Semanario Zeta. Dos mujeres con los pantalones bien puestos que demuestran, cómo se lo dije a los alumnos hace rato, que las vías del buen periodismo no están cerradas, y que si los medios tradicionales no se quieren abrir, que chinguen a su madre, que ya nos encargaremos los ciudadanos de abrir nuestras propias carreteras de comunicación, diálogo y descontento sin necesidad de Alatorres, López Dorigas, Ciros Gómez Leyvas, Ricardos Salazares, Juncos de las Vegas y demás fauna tan nociva para el periodismo.

Nomás pa rematar este minúsculo homenaje a aquellas damas capaces de inspirarnos (no olvido a Lydia Cacho) a seguir en la brega y por las que me quito el sombrero que no tengo (apenas una gorra de los Pumas), he aquí el discurso íntegro que pronunció Jon Lee Anderson en la ceremonia de entrega de dicho premio otorgado por El País.

Hasta la piel se me pone chinita otra vez...

www.elpais.com/articulo/sociedad/Discurso/Jon/Lee/Anderson/elpepusoc/20080508elpepusoc_1/Tes.

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