lunes, 8 de octubre de 2007

Un Domingo, no Cualquiera


Por fin nos tocó ir todos juntos al Camp Nou. Le debo algo al de arriba.


¿Por dónde se empieza a contar un día tan grande como el que viví el domingo 7 de octubre del 2007?

Intentaré hacerlo comenzando dando las “buenas noticias” y luego las “malas noticias”:

El cumpleaños de Fabio fue el enorme, el grandioso pretexto que se me presentó para ir al Camp Nou a ver al Barça ganar 3-0 al Atlético de Madrid, acompañado de cuatro de las personas que más quiero en este mundo. El día fue precioso, sin nubes en el cielo, con un estadio casi lleno, con unos amigos y un hermano que apenas podría alcanzar a abrazar con la fuerza suficiente para decirles lo mucho que les aprecio y agradezco que hayan coexistido conmigo en Barcelona.

Con la victoria culé y varias, varias, varias cervezas metidas en el cuerpo, salimos de la Catedral de Barcelona y nos fuimos a seguir el festejo con más de esas personas que a uno le hacen la vida. En casa de Fabio Lulú y Chary ya tenían casi lista la tragadera (unos tacos de barbacoa estilo “Raúl”, otro personaje inigualable). Más tarde llegaría Mariana…, en resumen, una tarde/noche redonda. Y como cereza del pastel una Chiara en el dormitorio soñando por todos nosotros, más linda que nunca.

Y ésta es la segunda parte de “un domingo no cualquiera”:

Cómo los voy a extrañar putísima madre... En el Metro de regreso apenas pude hablar, concentrado en observar a los demás opinar sobre Messi, sobre la cena que nos esperaba, sobre los planes a futuro, sobre lo bien que es ir al fútbol con amigos, sobre las relaciones, sobre lo que queremos de nuestras vidas no en 4 ó 5, sino en 20 ó 30 años.

Dejaré de ver crecer a Chiara (sólo por un tiempo, lo sé, pero igual pesa), dejaré de charlar con Fabio sobre su Inter, dejaré mis insustituibles y sabrosísimas charlas en vivo con la Chinita, dejaré de mirar al mundo acompañado de la ácida mirada del Luis, dejaré de aventurarme por los numerosos caminos de la mente de la Chary, dejaré de reírme con el Diego cuando está fumado o cuando vemos MTV echados en el sofá tomando vino, abandonaré las ocasionales visitas al Camp Nou para ver al gran Barça…, dejaré a mi hermano cuando recién comenzaba nuestro periplo europeo y eso me duele un huevo, pero él lo entiende, es encabronadamente inteligente y sensible.

Dejaré de tener cerca (por lo menos físicamente) a la Faba y al Diego, y en este punto ni siquiera sé cómo terminar el párrafo, lo siento.

Y que nadie de los mencionados me lo tome a mal, por favor, pero este domingo cualquiera, a pesar de todo lo aquí escrito, me sentí más feliz que nunca con lo decidido.

Si alguien sabe de alguna buena fiesta el 24 de enero en Guadalajara o Zapopan (o hasta en Tlaquepaque, ¿cuál es el pedo?), avíseme.

















4 comentarios:

El Corazón de Chiara dijo...

Lo mas chingón será abrir una botella de buen vino italiano en nuestra tierra y con la gente que amamos... así será... estoy segura.
Abrazo!

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

un domingo muy bueno!!!!!!! que más se podría pedir???.........................(00).........

robot1199 dijo...

que cosa tan chevere mi negro!