martes, 3 de marzo de 2009

Las cosas cambian



Otra vez me tocó ver a mis padres llorar, al unísono, y por más que fueran lágrimas "de alegría" fui testigo de cómo la tristeza se instaló en sus rostros como pocas veces la había visto.

Adolfo, el más pequeño de su prole, partía del aeropuerto de GDL adónde si no: a Barcelona, por seis meses, para estudiar algo de letras catalanas y sentir cómo es eso de tener un proyecto propio, personal, solitario y único. "Que nadie me cuente, quiero verlo por mí mismo", dijo más de una vez.

Su partida sin embargo, fue un implacable recordatorio para mis papás de que las cosas están cambiando, de que su "chiquito" ya no lo es tanto, ya puede treparse a un avión, trabajar en otro país, sentarse solo en calles que ellos no imaginan, conocer a gente que jamás conocerán.

Están envejeciendo, y el reflejo de sus caras llorosas en el vidrio que separa a los viajeros de quienes los despiden, se los confirmó. Los sentí extraños, melancólicos como tal vez nunca los había sentido. Y nos fuimos a desayunar, y luego los llevé a su casa, y luego se durmieron, y me tuve que ir sin poder despedirme porque me dio pena despertarlos, y sé que cuando despertaron se sintieron más solos que nunca, y eso me sabe a mierda, pero también sé que así es la vida, y en el fondo ellos también lo saben. Pero sigue siendo una mierda ¿no?

No sé. No sé cómo los podré acompañar en este tránsito hacia lo que inevitablemente se ve como una nueva etapa en sus vidas... mi padre quiere volver a trabajar, porque se siente un poco inútil como jubilado. Mi madre no, ella está a gusto yendo a caminar a Colomos y a desayunar con sus amigas.

Están bien, pero están tristes y se sienten solos. Qué año éste.

2 comentarios:

JULY dijo...

:(
crecer-envejecer duele un poco.. o a veces mucho. Es un constante duelo de las cosas que cambian, y más si estos cambios no son de los que esperamos con ansias, como supongo será que el hijo se vaya a otro país sin necesidad de los padres.
Ahora lo veo cuando mis papás dicen que "qué bueno que tuvieron a las otras dos niñas o si no ya estarían solos". Esa dependencia a los hijos...

AC Uribe dijo...

Justo hace un par de días mi mamá se quejaba conmigo de que "se quedaron solos muy pronto". Yo, desde acá, al otro lado del mar, me sentí un poquito culpable y luego entendí que era ley de vida. Pero bueno, mis abuelas no dejan de decirme que qué hago acá, si mi sitio es con mis papás... La verdad es que a veces no sé si rendirme al drama o dejarlo pasar. Saludos!