lunes, 10 de noviembre de 2008

Caminante no hay camino...


Nada tiene que ver con el post, pero ya quería compartir este pedazo de canción

En este p… lunes tengo el cuerpo cortado, así como si me quisiera dar gripa, por lo que me doy cuenta de que viene siendo hora de tomar más jugo de naranja y comprar mis aderogyles (¿se escribe así?) un menjurge vitamínico que solía tomar desde niño, inteligentemente diluido en algún té o jugo para disimular su espantoso sabor y sebosa consistencia.

Después de tan intrascendental entrada para este post, he de decir que el fin de semana me (re)encontré con una ciudad a la que tal vez nunca me habían presentado o yo no había querido conocer o las dos cosas juntas. Quién sabe que era lo que me había impedido darme cuenta de lo interesante que puede ser Guadalajara cuando se camina a través de ella de madrugada, sin coches, charlando a gusto, deteniéndose con calma a ver casas, avenidas, cafés cerrados, en fin.

Tristemente, no recuerdo haber caminado jamás durante casi una hora por mi ciudad de nacimiento -y eso que me encanta caminar- cosa que por ejemplo en Barcelona hice tantas y tantas veces, pero no en Guadalajara, porque (aquí va mi pueril disculpa) quienes conozcan su dinámica sabrán que es mucho más complicado recorrerla caminando, simplemente porque:

1.- Tienes cerca tu coche o el de un amigo (a).
2.- El transporte público desaparece por las noches.
3.- Por huevón.
4.- Hay menos arquitectura interesante por ver.
5.- Te da más miedo.
6.- Por todas las anteriores.

El asunto fue que, al habernos ido en la camioneta de un amiguete a cierta fiesta bajomundera, a una amiga y a mí nos quedó bastante retirado nuestro medio de transporte a casa, o sea, mi coche, así que la tuvimos que emprender a pata desde el Centro casi hasta la Minerva (tampoco es tanto, ya lo sé, pero 45 minutos son 45 minutos).

¿El recuento?: Varios cigarros, calles sooolas y disfrutables, un poco de incivismo al orinar en repetida ocasión, cuentos de fantasmas por Avenida La Paz, invasión de la propiedad privada sufrida por una hermosa casa de dicha avenida –nuestro afán era meramente científico. Queríamos comprobar que NO vivían espectros en ella– y una agradabilísima sensación al darme cuenta de que Guadalajarita tiene lo suyo, sólo hay que darle la oportunidad de mostrarlo.

Y caminarla de madrugada ayuda bastante (el alcohol es opcional, pero un servidor lo recomienda).

2 comentarios:

JULY dijo...

déjeme presumirle que yo varia vez he hecho el circuito CasaJuly-CentroHistórico-Chapultepec-Minerva a patín, con sus respectivos descansos disfrutando de una rica agua de ciruela o Lima de la Michoacana.
A ver si luego relatas tu suceso donde te creíste Cazafantasmas.
Beso

JULY dijo...

déjeme presumirle que yo varia vez he hecho el circuito CasaJuly-CentroHistórico-Chapultepec-Minerva a patín, con sus respectivos descansos disfrutando de una rica agua de ciruela o Lima de la Michoacana.
A ver si luego relatas tu suceso donde te creíste Cazafantasmas.
Beso